jueves, 26 de enero de 2012

Turismo, Globalizacion y patrimonio Cultural en América Latina

Muchos autores analizan la globalización como un proceso económico urbano posmoderno originado por los grandes avances en la tecnología informática, La socióloga Saskia Sassen indica que “el incremento de la movilidad y la liquidez del capital resultante de las nuevas tecnologías provoca una apertura del mercado nacional a las empresas extranjeras y la participación creciente de los actores económicos en la economías nacionales en el mercado global”[1], esto explica claramente que el crecimiento de las ciudades cada vez depende menos del territorio circundante o de las economías nacionales, si no de los grandes centro de negocios que radican en partes sobre redes transnacionales. Soja se refiere a esto como un debilitamiento de lo límites fronterizos, sugiriendo la posibilidad del desarrollo de un mundo sin fronteras[2].

Resulta evidente que el proceso de globalización sostiene un crecimiento económico a través de la restructuración productiva mundial, esto considera que en algunos casos las condiciones de vida, principalmente las que se presentan a través de los indicadores macroeconómicos, se vean mejoradas sustancialmente en la mayoría de los países que han adoptado este fenómeno como su política económica. A pesar de esto, los más beneficiados han sido los países avanzados y en menor medida los países en desarrollo, en donde se presentan estados económicamente sólidos con ciudadanías extremadamente pobres (regiones ganadoras y perdedoras). Es Veltz quien dice que “el fuerte incremento en la pobreza en los países occidentales coexiste con un enriquecimiento general del medio. Unos pierden mucho, otros se enriquecen enormemente, pero casi todo el mundo gana un poco[3]. Llevando estas palabras a un nivel más micro es posible decir que el “territorio social y económico se vuelve a la vez más homogéneo a gran escala y más fraccionado a pequeña escala”[4]. Con esto se infiere que dentro de una región (por ejemplo Latinoamérica) o un país, siempre se presentarán disparidades económicas, lo que se enmarca dentro de la llamada “teoría del archipiélago” la que plantea que los flujos económicos se concentran en el seno de una red de archipiélagos de grandes polos, donde las relaciones de larga distancia (entre polos) son más fuertes que las relaciones de corta distancia entre polos. De esta manera, y siguiendo la metáfora, los polos o las islas son los espacios emergentes que conforman el archipiélago, mientras que los lugares que no son integrados en la red quedan excluidos del sistema, transformándose en espacios sumergidos, los fondos marinos. La mirada de Veltz es claramente influenciada por los temas de carácter económico, pero como ocurre en las ciencias no es la única mirada. Milton Santos explora las desigualdades territoriales producidas por la globalización desde el punto de vista de acceso y desarrollo a la tecnología. Explica que “la sustancia científico-tecnológica-informacional forman la base misma de todas las formas de utilización y funcionamiento del espacio, se trata por consiguiente de la cientifizacion, la tecnificación del paisaje y también de la informatización del espacio. La información se encuentra tan presente en las cosas que es imprescindible para las acciones realizadas sobre ellas[5]”. De esta manera, los espacios responden sobre todo a los intereses de los actores hegemónicos de la economía y la sociedad y son de esta forma incorporados con toda autoridad a las corrientes de globalización. Pero, actualmente a pesar de una difusión más rápida y más extensa que en las épocas precedentes, las tecnologías no se reparten uniformemente por todo el planeta, “la geografía así recreada es aún desigual”[6]. Esta desigualdad tecnológica se enmarca en un nuevo tipo, tanto por su constitución como por los efectos productivos y sociales. De esta forma Santos es capaz de determinar la existencia de “zonas luminosas”, las que realizan las aportaciones de ciencia, tecnología e información, y “zonas opacas”, las que se degradan como consecuencia de estar sometidas pero marginadas del sistema. Según Santos estas áreas están prácticamente vacías, ya que no hay espacio ajeno al proceso, el que se puede dar en infinidad de situaciones intermedias.

[1] SASSEN S. (1995) La Ciudad Global “Una introducción al concepto y su Historia”. Brown Journal of World Affairs, Vol. 11: 27-43p

[2] SOJA E. (2007) Post Metrópolis, En: ALBALEDEJO M. “Hacia una cartografía de Los Ángeles a través de la literatura chicana”. Alicante. Universidad de Alicante, Facultad de Filosofía y Letras. pp. 107.

[3] VELTZ, P. (1998) Mundialización, ciudades y territorios: “La economía del archipiélago”. Editorial Ariel. España, Barcelona. pp 53

[4] VELTZ, P. (1998) Mundialización, ciudades y territorios: “La economía del archipiélago”. Editorial Ariel. España, Barcelona. pp 55

[5] SANTOS, M. (1993) Los Espacios de la Globalización. En Línea http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02119803/articulos/AGUC9393110069A.PDF

[6] Ídem. pp 71.

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